Mecanosensitividad en los canales iónicos eucariotas

El ser humano es un individuo sensorial. Experimenta su alrededor por medio de lo que llamamos sentidos, órganos mediadores que recogen estímulos para ser enviados por medio del sistema nervioso y ser procesados por el cerebro. El sistema nervioso consta de varias estructuras físico-químicas que transmiten distintos tipos de impulsos de sensaciones variadas. Esto ha hecho el proceso de comprensión del funcionamiento de este sistema una tarea gigantesca. Varios adelantos han sido hechos respecto a los procesos químicos como el intercambio de iones de potasio, cloro, calcio, magnesio y sodio que crean un potencial de acción en las células para enviar información en forma de descarga eléctrica. Pero esto no está esclarecido totalmente debido a la complejidad del cuerpo humano de tener tan variada recolección de estímulos externos.

Se han descubierto que algunas señales de estímulos son creadas por acción de una diferencia de presión entre el interior y el exterior del receptor. Esto principalmente para estímulos físicos como el tacto, que utiliza los receptores en la piel para recolectar información de que el individuo se encuentra en contacto con un objeto externo. Estos mecanismos mecanosensitivos convierten esta diferencia en una señal eléctrica debido a la capa bilípida de la membrana celular, que presenta un potencial de acción, y convirtiendo trabajo mecánico en corriente eléctrica.

Mediante análisis a células procariotas, se ha llegado a construir modelos del funcionamiento para la célula eucariota, específicamente para el canal iónico TREK-2 y algunos de sus parientes (TREK-1 y TRAAK), con la diferencia de presentar cambios asimétricos en la diferencia de tensión. Se ha visto que estos canales iónicos cumplen funciones importantes para el organismo.

Mediante modelado matemático se ha demostrado en cierta medida el funcionamiento de estos canales iónicos basados en potenciales de acción a base de cloro-potasio, lo cual indica un avance en la comprensión de la recolección de estímulos sensoriales físicos y térmicos. Aun así un modelado matemático es solo una aproximación a la realidad y la comprobación empírica no es posible con los medios actuales.